Carla es de Argentina, tiene 40 años, estudió dos carreras y tiene dos hermosas hijas. Ella tiene epilepsia desde los 21 años y nos cuenta sus aventuras y desaventuras con la epilepsia. 💜 😁 💜
Hola, soy Carla, tengo epilepsia desde los 21 años... me tomó creo que como a todos de sorpresa, ya que venía de años de desmayos que nunca recordaba pero que no llegaron a ser convulsiones. Durante años estudié en otra ciudad, y el último año notaba que mi concentración había cambiado mucho... me dispersaba, sin embargo, aunque tuve que dejar esa carrera y volver a mi ciudad, decidí seguir estudiando otra cosa de la rama pero viajando a una ciudad más cercana. Todos los días tomaba un micro a esa ciudad muy temprano en las mañanas, todo parecía ir bien, pero meses antes de rendir los exámenes empecé a tener insomnio. Mi almohada amanecía llena de sangre, y yo tenía terribles dolores de cabeza. Empezaron a pasar los días y el insomnio se hizo permanente, ese día rendía química y estaba muy nerviosa, no pude dormir. Había discutido con un familiar y estaba muy tensionada. Tomé el micro como de costumbre y allí comenzó todo. Me dormí y convulsioné por primera vez.
Desperté en el hospital sin entender nada.
Me hicieron mil estudios. Durante los estudios volví a convulsionar y fue ahí donde me diagnosticaron epilepsia. Durante un año tuve que abandonar mis estudios. Mis padres no me quisieron decir qué tenía hasta que los enfrenté y como siempre traté de ser optimista, poco a poco fui afrontándolo. Dejé de estudiar un año pero volví a retomar aunque mi familia no estaba muy de acuerdo. Me gradué. Mis calificaciones no eran brillantes como antes, me costó adaptarme a la medicación que me cambiaron de Carbamacepina a Oxcarbazepina que me asentó muy bien.

Mucha gente empezó a mirarme diferente, tratando de hacerme pensar que no podría hacer muchas cosas. Como recibirme, ser madre, etc. Pero como me gustan los desafíos mi vida fue muy movida... Tuve varias crisis en estos años, no muchas,pero eso me dio mucha fuerza. Luego de recibirme formé pareja, tengo dos hermosas hijas de embarazos hermosos y sanos, me gradué de dos carreras. Me casé. Me divorcié (mi ex esposo nunca me apoyó en mi enfermedad, no comprendía mis cansancios producto de la medicación, el no prenderme en las trasnochadas... cosas de la vida).
Actualmente luego de pequeños altibajos tuvieron que aumentar la dosis pero llevo una vida completamente normal, al menos eso trato. Esto me hizo crecer mucho. Enseñarles a mis hijas a quererse y auto-superarse siempre. A no depender de nada ni de nadie. Que el amor a uno mismo es la mejor herramienta para ser felices sin importar la mochila que Dios nos dé. Hace dos años que empecé de cero con mi vida junto a mis hijas. No tengo un trabajo excelente pero lo tengo y con él puedo rentar una casa linda e ir avanzando. Estoy terminando una carrera (profesorado de educación especial) y siempre con optimismo me levanto.

La epilepsia es una compañera de viaje en la vida de la cual no puedo descuidarme, sé que siendo equilibrada ella nunca me torcerá y el conocer gente en mi misma situación me ayudó mucho más. El amor de mis hijas es lo mejor que me pudo pasar y lo que más me hace fuerte ante la enfermedad. Nunca me limitó ni lo hará jamás, porque nunca la tomé como un obstáculo sino lo que me hace mantener equilibrio. Algo que antes de ella no podía hacer. Nada me limita. Tengo epilepsia pero soy inmensamente feliz!
-Carla-