En esta carta de aniversario de 10 años del diagnóstico se transmiten distintas emociones: angustia, tristeza, alegría, enojo, pero sobre todo, aprendizajes por una vida compartida. ✉️ ✉️ ✉️

Si tuvieras que escribirle una carta de aniversario a la EPILEPSIA, qué le dirías? La insultarías por los malos momentos pasados? Le agradecerías por la persona en que te ayudo a convertirte?
Querida Epilepsia,
A pesar de que hace diez años que convivimos, nunca te escribí una carta. No te ofendas, no es que no te quiera, es que la verdad nunca se me había ocurrido. Pero no creas que eso signifique que tengas un lugar menos relevante en mi vida, todo lo contrario.
Todavía me acuerdo el día en que la neuróloga me dijo por primera vez que íbamos a convivir; me acuerdo como si fuera ayer. Tenía veinte años, y me había dado una convulsión en un viaje familiar. La neuróloga me decía que normalmente la epilepsia se diagnosticaba después de dos convulsiones, pero como yo tenía disritmia cerebral, con una convulsión ya me diagnosticaban epilepsia. Y recuerdo escuchar la palabra y mirar a la neuróloga con cara de pánico: “EPILEPSIA”. Porque una cosa es convivir con Disritmia Cerebral, tu prima, esa que nadie conoce, pero tener “Epilepsia” es como “bailar con la mas fea” dirían en el pueblo. No te ofendas, era un chiste. Si acá estamos nomás, diez años mas tarde, juntas y llevándonos bárbaro. Podríamos decir que cumplimos nuestras bodas de estaño con mucho amor.
Quién lo hubiera dicho? Porque tuvimos nuestros momentos de drama, como cuando tuve una convulsión en el departamento de Car a los 23 años… el susto que se pegaron las chicas! O la convulsión en Perú cuando tenía 27, la noche anterior al casamiento de Pame… Te acordás el miedo que tenía mi mamá? Terminé con la nariz negra y sin encontrar una clínica donde hacerme una radiografía… Pero bueno, nos divertimos igual en el casamiento, kilos de maquillaje para tapar la nariz hinchada! Y no nos olvidemos de la prueba de fuego de nuestra relación, cuando tuve la convulsión frente a mi sobrino, hace unos meses. Recuerdo estar jugando con él, después tengo un blanco en la memoria y después recuerdo levantarme mareada en la cama. Te digo, esa fue nuestra prueba de amor, porque nunca tuve tanto miedo. Tener una convulsión frente a mis sobrinos era mi miedo más grande, pero decí que tengo los mejores sobrinos del mundo. Él se tomó todo con más naturalidad que nadie, y hoy seguimos jugando como siempre.
Porque convengamos que a veces, amiga Epilepsia, elegís los peores momentos para pasar a saludar. Y a veces avisas, pero otras te olvidas de mandar un mensaje. Pero bue, igual te quiero. Y las auras, queridas auras, que entre mareo y mareo a veces me divierten con sus colores… Tantos momentos memorables, pero cada día que pasa te quiero más Epilepsia, con el tiempo me di cuenta que sos parte mía y que no sería quien soy si no fuera por vos.
Además me ayudás a mirar a mi alrededor y ver que estoy rodeada de gente increíble. Que tengo familiares y amigos que no me hacen sentir que nuestra convivencia sea un problema. Que pudimos estudiar y trabajar, vivir en otro país y hasta viajamos las dos solas por todos lados. Y que nos peleamos y nos amigamos, pero acá estamos.
Creo que en nuestro aniversario podemos celebrar que nos llevamos bien. Brindar por nosotras. Salir a tomar un helado juntas. Brindar con un helado bañado con chocolate. Con un poquito de Amarula, por viejos tiempos ;)
Por diez años de relación. Porque a pesar de todo te quiero.
Salud!