Conoce la historia de una obra de teatro inmersivo que utiliza la realidad virtual y pone al espectador "en los zapatos" de una persona que sufre una convulsión + Link para ponerte en sus zapatos 🎭

En el 2007, Jane Gauntlett estaba planeando una carrera en el mundo del teatro cuando fue violentamente asaltada y entró en coma durante tres semanas. Sufrió un trauma cerebral, cuyas secuelas incluyen convulsiones, problemas de memoria a corto plazo y dificultades de comunicación.“Cuando me desperté del coma no tenía ni idea de lo grave que era la lesión.” Estaba decidida a convertirme en productora de teatro independiente”,dice Gauntlett, que había completado el programa de escritores jóvenes del Royal Court Theatre en Londres mientras trabajaba organizaciones no gubernamentales especializadas en salud mental.
“Sufrió un trauma cerebral, cuyas secuelas incluyen convulsiones, problemas de memoria a corto plazo y dificultades de comunicación”
Inicialmente, continuó su camino profesional, adquiriendo experiencia en los teatros interactivos de Battersea Arts Center y produciendo espectáculos en Edimburgo, Londres y Margate. Sin embargo, su trabajo fue interrumpido por la epilepsia. Peor que las convulsiones en si mismas fue la reacción alarmada de sus colegas, y esto se fue agravando por la pérdida de memoria y la dificultad de comunicarse tan libremente
La vida nunca será la misma
El primer paso para aceptar su vida después de la lesión fue participar en un programa de mentoreo para jóvenes con problemas similares. Ella trabajó para facilitar el entendimiento entre los jóvenes que mentoreaba y los que no podían relacionarse con la experiencia diaria de quienes sufren lesiones cerebrales, una situación que puede ser frustrante y asustadiza. El mayor desafío lo enfrentan aquellas personas cuyas lesiones no dejan huellas físicas, ya que sus problemas son muy fáciles de pasar por alto. Gauntlett cuenta que los jóvenes tenían que aceptar que la vida nunca sería la misma porque “la comunicación con las familias, amigos y extraños a menudo era difícil”.


Jane guiando a un espectador durante su presentación Visualización a través de los anteojos de Realidad Virtual
Fue esta necesidad de empatía entre aquellos con y sin lesiones cerebrales lo que le dio a Gauntlett su ruta de regreso al teatro. Pero para alcanzar su meta, tuvo que mirar más allá de las convenciones espaciales y relacionales de la actuación. El resultado fue una pieza llamada “In My Shoes” (En mis zapatos), una obra que carece de límites entre actores o audiencia y que además no se desarrolla en ningún sitio específico. De hecho, esta experiencia inmersiva depende principalmente de la tecnología.
La vida se convierte en teatro con la ayuda de la tecnología
La pieza de teatro recrea la propia experiencia de vida de Jane, productora de teatro, quien sufre de convulsiones. ‘En mis zapatos’ interpreta la ocasión en que Jane se despertó desorientada en la estación de tren de Slough después de sufrir una convulsión, sin tener idea de cómo llegó allí. La audiencia -o más bien la persona que experimenta el espectáculo- se pone “en los zapatos de Gauntlett” utilizando anteojos de realidad virtual y auriculares conectados a un iPod Touch que lo privan de sus propios sentidos. A través de la manipulación del tacto, el gusto y el olfato, se aumenta la experiencia del expectador, de forma de que el expectador sienta una experiencia desorientadora similar a la que sintió Gauntlett.
“su trabajo fue interrumpido por la epilepsia. Peor que las convulsiones en si mismas fue la reacción alarmada de sus colegas, y esto se fue agravando por la pérdida de memoria y la dificultad de comunicarse tan libremente”
“Estamos expectantes a nuevas tecnologías que mejorarán nuestras experiencias — queremos estar al día con los últimos avances”, dice Gauntlett. “Con ‘En mis zapatos’ experimento con métodos alternativos de comunicación. Mi objetivo es poner al público tan cerca de estar en la piel de un extraño como pueda, uso el software de realidad virtual, el tacto, el sabor, el sonido y los olores para que la experiencia sea tan fiel a la experiencia real como sea posible”.
Jane guiando a un espectador durante su presentación.
El éxito de la primera representación -las reacciones de quienes participan en la obra recorren toda la gama de las emociones, pero nunca son abrumados- condujo a la evolución de la pieza. Gauntlett formó el colectivo teatral Sublime and Ridiculous (Sublime y Ridículo), para compartir el trabajo de explorar una variedad de realidades subjetivas complejas, delicadas o controvertidas. Hasta ahora han puesto cientos de participantes en los zapatos de personas con trastorno de estrés postraumático, trastorno bipolar y accidente cerebrovascular, así como los de un paramédico y una persona trans-género. El colectivo teatral tiene planes para adaptar la pieza y su tecnología para explorar las perspectivas de un astronauta, un político, una dominatrix y un asesino.
A pesar de que Gauntlett no tenía ninguna experiencia previa en el campo, la tecnología es ahora parte integral de su trabajo: “Estoy fascinada por la rapidez con que las cosas están evolucionando y estoy atenta a nuevas tecnologías.” ‘En mis Zapatos’ es una colección cada vez más amplia de experiencias sonoras y audio-visuales y nuestro deseo es expandirla, y que evolucione usando tecnología de vanguardia a medida que esté disponible”.
“La obra interpreta la ocasión en que Jane se despertó desorientada en la estación de tren de Slough después de sufrir una convulsión, sin tener idea de cómo llegó allí”
La innovación tecnológica es parte del futuro del teatro
A pesar de una génesis y producción única, ella se apresura a señalar que la simbiosis del teatro y la tecnología es común en el contemporáneo. “El teatro interactivo juega un papel importante en el teatro experimental”, dice, mientras que en otros lugares, la tecnología se utiliza para profundizar la comprensión en otros contextos específicos: “El teatro de alta tecnología Kabuki en Japón utiliza monitores portátiles para que la audiencia lea los subtítulos; esto ayuda a entender un arte que a menudo es difícil de comprender”.
Además de iluminar experiencias intensamente personales, Gauntlett espera que tales avances tecnológicos lleven a una mayor colaboración internacional y que ayuden a acercar al teatro a un grupo demográfico más amplio. Sin embargo, dice: “No creo que la supervivencia y la relevancia del teatro dependan de la incorporación de los avances tecnológicos a la obra.” El punto es que hay lugar para todo, y el teatro basado en la tecnología ganará impulso mientras la tecnología se va tornando más integral a la vida cotidiana de las personas.
Este avance tecnológico, dice, “a veces es criticado, pero creo que si el trabajo es bueno no debería importar”.
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Compartimos un video de una charla de Jane Gauntlett en el festival VRUK donde cuenta acerca del proyecto “En mis Zapatos” y se muestra un ejemplo de teatro inmersivo (min. 7:30) donde una persona de la audiencia puede “ponerse en los zapatos” de alguien que tiene una convulsión con ayuda de antejos de VR y otros artefactos. El video está en inglés, pero vale la pena verlo. Les advertimos que donde se interpreta lo que se siente en una convulsión el video incluye sonidos agudos muy fuertes que podrían dañar la sensibilidad de algunas personas.
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Referencia: Traducción del artículo “Virtual reality theatre puts experience of brain damage centre stage”, Fred McConnell, The Guardian, https://www.theguardian.com/technology/2014/jan/15/virtual-reality-the